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Hecho en el Perú: Los cafés de Lima

Hecho en el Perú: Los cafés de Lima

Los cafés de Lima

 

Por Renato Gago

Investigador

@RenatoGago

 

Café Cortado: Historias cortas de Cafés

1. A principios del siglo XX se vivía en la capital de los Reyes, la época de oro del periodismo peruano; era todo un espectáculo observar los alrededores de la intersección del Jirón de la Unión con la avenida Emancipación, pues muchos curiosos se apostaban para contemplar la marcha de las plumas más privilegiadas de Lima rumbo al famoso café. 

 

El “Palais Concert” convocaba a los más destacados escritores del denominado grupo Colónida. Luis Alberto Sánchez refirió alguna vez, ser testigo de cómo Abraham Valdelomar y José Carlos Mariátegui discutían a gritos, resaltando que ambos poseían provocadoras voces chillonas, generando con ello, el bullicio en el local. 

       

2. El presidente Francisco Morales Bermúdez lanzó una orden puntual y precisa, el gran compositor del criollismo debía culminar una melodía en solo quince días, el propósito era infundir aliento a nuestra selección peruana en la complicada eliminatoria para el mundial de Argentina 78. ¿Quince días? Él podía concluirla en menos tiempo, si quería. Al salir de Palacio se tomó un café en el Haití, mientras escribía ensimismado en un trozo de papel: 

 

“¡Cuando despiertan mis ojos y veo, que sigo viviendo contigo Perú!”. 

 

No fueron quince días, ni quince horas, fueron solo quince minutos. Los empleados de Palacio se asombraron por su inesperado retorno. Finalmente, ese militar con formación castrense y temple de acero dejó caer una lágrima cargada de profunda emoción, al escuchar la canción. Augusto Polo Campos componía el clásico “Contigo Perú”. 

 

Una obra dedicada a los famosos Cafés de Lima

Hace unos años adquirí el libro “Cafés y fondas en Lima ilustrada y romántica” del historiador Oswaldo Holguín Callo, pues era necesario revisar el documento para respondernos la pregunta: ¿Qué papel ocupaba el pan dentro de los primeros cafés de Lima? 

 

Un primer aspecto que debemos felicitar de la obra, es que pone en escena que el primer café de Latinoamérica se remonta a 1771, y como buena noticia, tuvo su epicentro en el Perú, debido al emprendimiento del italiano Francisco Serio. 

 

Este local quedaba a media cuadra de la Plaza de Armas, específicamente en la calle Santo Domingo. Para esta investigación, el autor utilizó fuentes como el “Rasgo histórico y filosófico sobre los cafés de Lima” del italiano Joseph Rossi y Rubí, un fiel colaborador del Mercurio Peruano (1790–1795), e incluye también, textos del general Manuel de Mendiburu. 

 

El café se instaló en Lima como un sinónimo de modernidad, progreso y entretenimiento; siendo un verdadero laboratorio para inocular las nuevas ideas liberales.

 

Se presentaban como interesantes espacios propicios para la conversación que emulaban a los lujosos cafés europeos de la época, como el Procope de París o el Pombo de Madrid, donde se solía escuchar a intelectuales como Voltaire o Ramón Gómez de la Serna.

 

De acuerdo a la obra, podemos encontrar dentro de las cartas de estos cafés, la presencia de tostadas y bizcochos, Por ejemplo, en las páginas 41 y 42 se señala:

 

 

“Entre los diversos productos que servían los mozos de un café estaba no solo esa bebida, cuya preferencia y nota de distinción justificara extender su nombre al mismo local, sino el café con leche con tostadas, la referida aloja, el aguardiente, los licores, los refrescos y helados, los bizcochos, etc.”.

 

“Pero si bien el público solicitaba preferentemente bebidas calientes o frías y helados, muchos clientes se habituaron a asistir al café a las nueve o diez de la mañana para almorzar – “El almuerzo que dan en el café, es un vaso de chocolate con leche, y dos tostadas de mantequilla; vale real y medio de aquella moneda”.         

 

 

Los Cafés de Lima en el siglo XXI

En el circuito gastronómico mundial el café ocupa un lugar preponderante en materia de turismo dedicado al buen comer, quizás no lo percibimos, pero es el rostro que buscan multitudes de viajeros y trotamundos.

Tenemos en la actualidad innumerables ejemplos, el Café Gijón en Madrid que reunió en el pasado a brillantes escritores como Benito Pérez Galdós o Federico García Lorca, el Café A Brasileira en Lisboa propicio para disfrutar de los agradables pasteles de nata.

 

También el Caffé Sicilia de Corrado Assenza cubierto de manera impecable por la plataforma Netflix en uno de los capítulos de Chefs Table, o el Café Odeón en Zurich que posee el galardón de haber albergado a esmerados estudiantes que escuchaban en este recinto, las conferencias del profesor Albert Einstein. 

 

Lima no se queda atrás; sería interesante revisar la lista SUMMUM en la categoría café - restaurante en el que aparecen importantísimos locales como La Bonbonniere donde figuran sánguches como el pavo criollo, el croissant mixto, la hamburguesa Bonbonniere o el pan con chicharrón. 

 

Tenemos el distinguido Café de Lima que nos ofrece su provocativo sanguche de asado, su clásica butifarra y el super fresco sánguche de pejerrey. 

 

Ojo, pestaña y ceja, debemos ponerle muchísima atención a este importante concepto que año a año gana más adeptos, sobre todo teniendo en cuenta el prestigio y buen nombre de las variedades de café peruano; aclaremos que, de 8 denominaciones de origen que poseemos, dos están en la categoría de cafés: Villarica y Machu Picchu. 

 

No es complicado darse cuenta la buena relación y química que fluye de manera natural entre el pan y el buen café peruano. 

 

Si rueda por tu cabeza la idea de poner un negocio, no lo pienses más, en el mundo de los cafés tenemos mucho potencial y harto pan por rebanar.

 

 

 

 

 

 

 

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