La compañía finlandesa de pan y repostería Fazer ha puesto a la venta su primer bollo de pan hecho con harina de grillo. Este producto, que cuesta cuatro euros, está de momento solo disponible en 11 panaderías de Helsinki, capital de Finlandia, aunque la empresa ha afirmado que durante el próximo año llegará a las 47 panaderías que tienen en todo el país.
Según un comunicado emitido por Fazer, este producto combina harina de trigo convencional con harina de grillo. Cada bollo contiene unos 70 insectos pulverizados, el 3% de su peso. El resultado es un pan con mayor contenido de proteínas, ácidos grasos, calcio, hierro y vitamina B12, según ha señalado el director de innovación, Juhani Sibakov. La empresa panadera insiste en que su sabor es igual que el del pan tradicional.
El director general de Fazer, Markus Hellström, ha subrayado que con el lanzamiento del pan de grillo pretenden "estar a la vanguardia de la revolución alimentaria". Sibakov, en esta misma línea, ha sostenido que en el futuro los insectos estarán más presentes en el mundo occidental. "La humanidad necesita fuentes de nutrición nuevas y sostenibles", ha asegurado.
La puesta en venta de este producto llegó dos meses después de que Finlandia se convirtiera en el sexto país de la UE que permite el comercio y elaboración de productos basados en insectos, junto a Bélgica, Reino Unido, Holanda, Austria y Dinamarca. En España, que permitirá la venta de alimentos elaborados con insectos para consumo humano a partir del 1 de enero de 2018, ya han aparecido las primeras empresas que quieren explorar este nicho de mercado, como el caso de Insectfit.
La incorporación de insectos a la dieta occidental ha sido un tema de discusión en auge en los últimos años, debido a que son alimentos más baratos de producir y menos perjudiciales para el medio ambiente que la ganadería o la pesca intensiva. En 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) emitió un informe en el que instó a los gobiernos de todo el mundo a fomentar el consumo y la producción de insectos, que en el 2030 podrían alimentar a 9.000 millones de personas. Unos 2.000 millones ya consumen insectos actualmente, según este documento.